位於Ampliacion Granada​的優質精緻料理餐廳

Todo excelente, desde la bienvenida, nos tocó sentarnos casi frente al ángel de la independencia y las vistas únicas. Recomiendo agendar a las 6pm si quieres ver el atardecer. La comida excelente, muy rica. Solo como sugerencia debería haber un poco más de variedad en comida y postres. El servicio del mesero también excelente, muy servicial y atento. En general una experiencia única.

Reservamos para dos, no es para charla al menos en la terraza porque tienen Dj en vivo, los tragos están muy bien preparados y son dos por uno todo el día todos los días. El servicio muy atento, nos atendió Hugo Parra y fue muy amable, ni que decir de J.J. El capitán de meseros, siempre al pendiente y preguntando cómo estaba todo. La comida deliciosa, de excelente aspecto y muy buen sabor (me trajeron mi corte justo al término que solicité), muy agradable y con costos bastante accesibles. Rematamos la visita con un obsequio de parte de Grupo Anderson y La Vicenta Miyana: unos chocolates por el 13 de febrero. Definitivamente se convirtió en uno de los lugares consentidos.

Fuimos en plan de amigos y de divertirnos y lo pasamos bastante bien.

La comida estuvo rica. Buen servicio. Tranquilo el espacio fue perfecto para nuestra reunión de negocios.

Asai Kaiseki is the real deal. Commanded by the meticulous Itamae Asai, this isn’t some slapdash sushi joint slathering rolls in cream cheese and eel sauce. This is precision. This is heritage. This is one of the top three Japanese restaurants in the city, if not the best. The sushi? Impeccable. They’ve switched to koshihikari rice for their shari, and it makes all the difference, each nigiri elevated, clean, perfectly seasoned. But what truly sets Asai apart is the way it weaves Mexico into its Japanese foundation, not as a gimmick, but with finesse. Take the nopal (cacti) nigiri, for instance—a dish that embodies respect for both traditions without veering into fusion for fusion’s sake. But if you really want to understand what Asai Kaiseki is about, go for the kaiseki experience. This isn’t just a meal; it’s a journey. Course after course, unfolding like a perfectly timed symphony—seasonal, balanced, and deeply rooted in Japanese culinary philosophy. Omakase is also an option here, and it’s equally worth surrendering yourself to the chef’s expertise. This is where you come for real Japanese cuisine in Mexico City. No shortcuts, no theatrics—just craftsmanship, discipline, and a deep respect for the food.