- 整體 2
- 食物 5
- 服務 3
- 氛圍 1
El restaurante es muy bonito estéticamente y elegante pero con muchísimas áreas de oportunidad. Fue seleccionado para celebrar la ocasión especial de un cumpleaños y lamento mucho haberlo hecho. A pesar de que la reserva a través de Opentable lo indicaba, no hicieron el gesto mínimo de felicitar a la persona como se hace en todos los restaurantes que hemos visitado.
El lugar aunque proyecta delicadeza y finura no es lo que se vive en el ambiente. Para comenzar la experiencia, había un niño corriendo descalzo desde la cocina, en el salón y la barra, con una Estrellita de las que se encienden con fuego. Parecía muy familiarizado con los empleados y el lugar. Lo acompaña una dama joven en conjunto creo que con dos más, la misma haciendo comentarios de mal gusto con el personal en tono alto de un “hickey” que tenía x persona.
Los empleados en todo momento muy informales, en las dos horas que estuvimos en el restaurante siempre estuvieron reunidos cerca de la caja registradora hablando en voz alta, comentando del hambre que tenían y qué querían comer, haciendo chistes y contestando el celular como si estuviesen en su casa.
Para nada se promueve un ambiente para relajarse y pasarla bien junto a los que estamos en la mesa. Para ser un restaurante con precios módicos a altos, con servilleta de tela, vajilla y cristalería no se sigue ningún protocolo aunque sea básico que garantice un servicio acorde a un buen lugar y de prestigio.
La mesera aunque nunca supe su nombre fue muy amable, eficaz y con buenas recomendaciones.
Tengo que destacar otra situación al momento de preguntar por el menú de “cocktails” , lo cual deben mejorar con urgencia al no tener uno. Nuestra mesera procede a llamar al “bartender”: él dice que tiene de todo, sabe hacer de todo lo que pidiéramos y que no recordaba lo único que no tenia. Procedimos a preguntar si tenía el licor Chartreuse a lo que él dice con extrema confianza : “Ay lo hicieron a propósito, pidiendo algo que no hay”.